El hilo invisible y su homenaje a las grandes casas de moda

Mas allá de las seis nominaciones con las que cuenta para los Óscar, de que se trate de la última  película del gran Daniel Day Lewis o de que la señalen por marcar un antes y un después en el mundo de la moda;  si hay una razón que necesitas para ver El hilo invisible, es la delicadeza con la que te sumerge en el mundo de los atelieres, el gusto por lo exquisito y el éxtasis de la alta costura.




 Dirigida por Paul Thomas Anderson, nos sitúa en un glamouroso Londres en la década de los cincuenta, cuando la casa Woodstock imprimía su inconfundible estilo y buen hacer en los vestidos que toda celebridad, artista y miembro de la alta sociedad lucía en los mejores eventos. La vida de su diseñador y propietario de la firma junto a su hermana, Reynolds Woodstock (Daniel Day Lewis), dará un giro rotundo cuando se cruce en su camino Alma (Vicky Krieps), quién se convertirá en su musa y amante y le enseñará a ver el mundo de otra manera.





Muchos aseguran que el personaje toma la inspiración de Charles James, maestro de costureros como Christian Dior, mientras que otros mantienen que proviene de su pupilo, el gran costurero español Cristóbal Balenciaga. Lo cierto es que ambos alimentan el carácter perfeccionista, innovador y genio de la costura de Woodstock.

El propio Daniel Day Lewis se estudió a fondo la vida y la obra de estos grandes diseñadores, documentándose incluso en el Centro del traje Anna Wintour del Museo del Arte Metropolitano de Nueva York  o en el Victoria & Albert de Londres, aprendiendo a dibujar a coser y hasta a crear su propio diseño. Dando como resultado una interpretación magnífica, hecha con amor y con gusto por cada detalle como cualquier couturier procedería a hacer con sus diseños.




Menciones aparte a lo que una gran película inspirada en el mundo de la moda se merece, sobra decir una vez más que el tercer protagonista de la película es (oh sorpresa) el vestuario. Pero en este caso a lo grande, puesto que se trata de un homenaje hasta la extenuación a la Alta Costura: el buen hacer de las costureras y el detenimiento en el trabajo de cada uno de los diseños, el uso de las mejores telas y el amor por la artesanía de los grandes atelieres de moda de la época. 

Todo un oficio que hoy en día y gracias a las grandes casas de moda aún se mantiene y nos hace imaginarnos, aunque solo sea una pequeña parte, cómo fue el mundo de la moda tal y como se le conocía y cómo ha evolucionado hasta llegar a nuestros días.






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